¿Nos arrepentiremos de las llamadas no hechas y de las conversaciones no mantenidas?
– ¿Qué haríamos si no tuviéramos miedo?
– ¿miedo?¿yo?…no, yo no vivo con miedo
– ¿seguro?, y entonces….
Creo que si no me incomodara, llamaría a Rafa y le preguntaría ¿cómo te va la vida? Después de tantos años sin verte, sé de ti por “casualidades” que me llevan a las páginas de noticias del periódico, por internet, por supuesto, hace tiempo que decidí no comprarlos para no leer a diario las mismas noticias tristes y locuras humanas. Sí, y como te decía, leí una noticia sobre ti. Parece que tu empresa creció mucho, tanto, que una rama cayó y crujió todo el árbol. Y en ese punto me gustaría compartir lo que he aprendido en este tiempo de camino:
Aprendí que lo que crece debe Cuidar un Orden en cada paso, pues si siembras algún Desorden, todo lo que crece por encima lo hace con fragilidad, y es obvio que caerá, igual que un edificio con cimientos de baja calidad.
La buena noticia, es que el Orden puede reestablecerse. Lleva algún trabajo, pero puede hacerse antes de que el árbol muera. Pero…. hay tanta distancia entre algunos niveles de posición social y profesional, que ciertamente creo que no sería entendida, en el supuesto caso de ser atendida. Pareciera que esa aparente posición inferior restara fuerza a algunas Verdades. Esas Verdades no las creé yo, simplemente las comprendí y ahora las aplico en mi vida y en el servicio a los clientes.
Con el Desorden, caen los negocios y las relaciones. Y muchas veces caen juntos.
También llamaría a Salva y le preguntaría ¿cómo te va la vida? Pues cuando le veo, mi sensación (podría ser errónea, por supuesto) es que está en una de esas relaciones que ruedan igual que un auto en bajada…rodarán y rodarán porque hay pendiente, pero que los ocupantes andan, hace rato, dormidos sentados dentro. Y le preguntaría ¿es eso lo que quieres? …más que nada porque cambiar es posible, existen otras maneras de vivir; y hacerlo diferente supone ajustes, fuertes quizás, pero no dramas. También supone Despertar de dónde estoy y DECIDIR, sí, eso que cuesta tanto cuando llevas rato viajando en el mismo auto y te acomodaste. Supone Despertar para seguir Vivo y empezar a tomar el volante de nuevo. Porque la vida tiene muchas experiencias para ser vividas. Pero tampoco hay la confianza de tocar estos lugares de intimidad. Y en ambos casos no sé si es nuestro miedo, el miedo que percibimos en otros o ambos. Pero ¿qué fácil sería, no? ¡Y qué absurdo cuando se está al otro lado! La muerte, que yo intuyo como una nueva Gran Vida, nos igualará. ¿Nos arrepentiremos de las llamadas no hechas y de las conversaciones no mantenidas?