Separación desde el Amor

Toda Separación de pareja provoca cambios profundos en quiénes la viven, y provoca cuestionamientos. Nuestro taller Separarse desde el Amor también fue intenso y profundo para dar respuesta y comprensión a qué sucede y porqué se dan determinadas heridas. Y para no repetirlas si podemos evitarlo. Intenso fue ver cómo cuando miramos a nuestro compañero o compañera, a veces, NO le vemos. Y no es una cuestión óptica, sino una cuestión profunda de alma.

Todavía estamos en el anhelo de un amor, un afecto, que (creemos) nos falta, y que buscamos satisfacer a través de esta persona con la que escogimos caminar.

Y en él o ella proyectamos nuestras expectativas, pero también, inconscientemente, nuestro pasado no resuelto. Demasiada carga. Excesiva para aquél o aquella que también, como nosotros, anda resolviendo su pasado. Carga que además no va a poder ser atendida ni con la mejor de las intenciones, puesto que él o ella nunca serán aquéllos o aquéllas que ya pasaron por nuestra vida y dejamos atrás, ya sean padre, madre o anteriores amores.

¡Qué bendición verlo!

Nuestro ego se queda sin alimento, y el dolor resultante de lo que nos contamos internamente, disminuye. Es como si de pronto nos quitaran un velo, unas gafas con la que nos contábamos lo sucedido. Y …  ohhhh, se hizo la luz. Y vemos la luz de ese ser que nos acompañó. Ahora SÍ le vemos. Y ahora podemos despedirnos sin recriminar, sin orgullo herido, sin traición recibida, asumiendo cada uno la responsabilidad de lo que le corresponde, aceptando cada uno sus límites en lo que pudo dar y tomar, y por tanto, dando también al otro su lugar con más medida.

Ahora el Amor puede surgir y encontrar su lugar.  Es el Amor que permanece.