10 Causas por las que no consolidan las Nuevas Relaciones – 2ª causa
Continuamos con nuestro post anterior con una segunda causa identificada para que las nuevas relaciones no consoliden
2. Una “separación” temprana de mamá (no reparada) condiciona para no-tomar
La mayoría de personas ha vivido, en su infancia o adolescencia, una experiencia en la que se ha percibido separado de mamá. Ha experimentado un corte, un distanciamiento, en un período corto de tiempo o una larga etapa. Las causas pueden ser múltiples, desde que mamá estaba dando a luz al siguiente hermano y tú, cómo pequeño/a, fuiste llevado unos días a casa de los abuelos como que estuviera trabajando todo el día, o incluso un fallecimiento temprano de mamá. Aquí, lo significativo, no es tanto la experiencia real sucedida, como la memoria de percepción de separación que se haya grabado, pues cada uno lo habrá vivido en un modo particular. Fijaros que en todo momento hablo de percepción de separación, pues las personas identificamos lo que percibimos como realidad objetiva, y por tanto, la percepción vivida, aún no siendo cuestionada, es modificable. Los hechos, no. No entraré ahora en detalles sobre este asunto, aunque sí lo haré más adelante en el libro que estoy escribiendo. Aquí resumiros que, el impacto del corte, de la separación, queda traducido en el inconsciente como haber sido privado de lo más básico y necesario, la nutrición que llega a través de mamá. Sobre todo, la nutrición afectiva. Si internamente nos quedamos allí, en la carencia, en el todavía me falta algo o se me debe algo, cronológicamente pasan los años pero emocionalmente seguimos como niños, esperando a mamá, e inconscientemente la buscamos en todas partes. A veces buscamos a ella directamente, y otras veces lo que de ella seguimos esperando o reclamando. ¿Y dónde lo buscamos? Algunas veces en otras personas, otras en posesiones y pseudoplaceres. Desde ese movimiento inconsciente, cuando lo esperamos de otra persona, de otra relación, colocamos a la nueva relación como el gran nutridor. Así, inicialmente pensamos ¡al fin le/la encontré!, para pasar al cabo de unos días a sentirnos insatisfechos. La insatisfacción surge del hecho que nadie puede sustituir a mamá, por buenas intenciones que tenga. Nuestra relación con mamá es nuestra responsabilidad. Y mamá es la puerta a la Vida entera. Si soy capaz de tomar a mamá con todo tal como fue, me abro a recibir y saber tomar de la Vida, sintiéndome satisfecho. Si permanentemente te sientes insatisfecho, con independencia de la familia, el patrimonio, las propiedades, o los amigos que tienes, pregúntate cómo te sientes con mamá. Como Hellinger dice, “quien está bien con mamá, está completo, nada le falta”. Y sonríe. Cuando todavía estoy peleado con lo que fue, e internamente espero cambiarlo, me cierro a lo que la Vida me ofrece ahora y, por tanto, cuando llega, no sé tomarlo.
Cuando las personas nos hacemos conscientes de nuestros asuntos internos pendientes con mamá y dejamos de proyectarlos a los demás, podemos empezar a ver al otro como quién realmente es, sin ponerle la carga de satisfacer nuestro pasado no resuelto.
Esto no es garantía de nada, pero abre más posibilidades a la nueva relación, ya que no generamos expectativas de lo que no corresponde a nuestro nuevo invitado o invitada.