Cómo me puedo librar de un patrón adquirido. Tengo miedo a morir.
Hoy he recibido una pregunta que merece ser compartida.
Pregunta existencial, profunda, de las que se llevan en silencio y ocupan gran parte de nuestro espacio mental, cuestiones que contaminan nuestras decisiones y relaciones. Voy a intentar responder hasta dónde alcanza mi conocimiento y conciencia, sabiendo que es limitado, y asumiendo la responsabilidad que conlleva contestar la magnitud de lo que se plantea.
Tengo una duda respecto a los sistemas familiares,
¿cómo te puedes liberar de un patrón adquirido por tu sistema del que no eres consciente o crees serlo pero no lo controlas?
¿Cómo se rompe esa lealtad familiar que te puede arrastrar a no ser libre y creer que lo eres? ¿A dedicarte a una profesión porque tu abuelo no pudo o a actuar con tu pareja de determinada manera por no traicionar a las mujeres de tu familia? ¿A morir joven? ¿Basta con poner conciencia? Me aturde pensar cuántas cosas tenemos en nuestro subconsciente que nos influyen a la hora de actuar y que desconocemos. Sé que poner conciencia en tu vida es lo mejor, sin embargo, no quiero que parta del miedo (que es lo que me pasa ahora) de morir joven por lealtad a mi familia, por ejemplo. Resumiendo, tengo miedo a morirme… Así de simple.
1. En primer lugar, librarse de un patrón necesita que tomemos conciencia de él, sino, como tal, tiende a su repetición automática. Si no eres consciente, sólo el destino sabe cómo te librarás de él (vale decir que esto también puede suceder). En mi experiencia, tanto las constelaciones, las regresiones, la meditación y las visualizaciones dirigidas pueden facilitar el abandono de un patrón. Y seguro que hay otras técnicas. Pero lo que hará efectiva cualquiera de las técnicas es que en ellas se combine el perdón y grandes dosis de amor y compasión. ¿Hacia quién? En primer lugar hacia ti. En segundo lugar hacia cualquiera implicado directamente. Y en tercer lugar hacia todo aquello que estuvo implicado en la adquisición del patrón, o sea, tu existencia o existencias, o sea, el Todo.
2. La segunda cuestión, ¿Cómo se rompe esa lealtad familiar que te puede arrastrar a no ser libre y creer que lo eres? A mi me gusta hablar más de trascender que de romper. Cuando intentas romper con algo, en general, algo de ti queda atrapado. Cuando lo aceptas y le dices “sí”, entonces desde el amor y la comprensión puedes soltarlo y dejarlo ir, entonces lo trasciendes, sin conflicto, suave. En el caso de lealtades familiares el movimiento es llevado por un amor ciego, por eso no eres consciente de lo que te arrastra, y por eso tampoco puedes evitarlo. Por eso no eres libre aunque creas serlo. Últimamente he vivido esto en piel propia, “mi” movimiento me decía “déjalo todo y vete”, y la implicación era con un familiar que deseó este movimiento en vida y no se atrevió a llevarlo a cabo. Paralelo a este “falso deseo mío” iba asociado un sentimiento de “culpa e impotencia”. ¿Te suenan? Yo no era nada consciente de esta implicación, que descubrí por “casualidad” (Casualidad= en mi angustia pedí ayuda reiteradamente en los días anteriores a la toma de conciencia, pedí mucha ayuda, y la petición de ayuda siempre tiene respuesta). Cuando descubrí al “personaje” a quien yo estaba dando continuación pude mirarlo con comprensión, con mirada de “inocencia” (=no culpa =impecabilidad =eres inocente). Esto me libró a mí y al antepasado. Seguramente, por extrapolación, si yo miro a cualquier ser humano, y más a aquellos con los que mantengo un vínculo familiar, con una mirada de “esto es lo que ha sido”, “no hay nada que necesite ser ocultado”, “nuestra inocencia no está en juego a pesar de que actuemos desde el miedo o cometamos errores”, todo esto libera. No es necesario conocer el nombre exacto de con quién estamos implicados. Puro regalo de mirada. Para ofrecerla tienes que creerla, también para ti.
3. Las siguientes preguntas sobre profesión o fidelidad a las mujeres de la familia, son movimientos derivados del punto 2. Comparten la naturaleza de que nadie queda deshonrado por el hecho de que no repitas su movimiento. Todos merecen tu mirada de aceptación, comprensión, y tu movimiento de ir más allá de donde ellos alcanzaron. Si tu movimiento es de superioridad y desafío, algo como “yo si podré hacer lo que quiera, tú no fuiste capaz”, entonces muy lejos no llegaras. Si internamente les dices “Honro tu esfuerzo y entiendo tu fe de que esto es lo mejor, ahora mi verdad me lleva a un paso diferente, te pido tu fuerza y tu bendición”, entonces…. ¿puedes sentir a dónde puedes llegar entonces?
4. Morir joven
La negación de un ser que murió tempranamente (o por causas traumáticas), sea cual fuere la razón, lleva a la repetición. Esto responde a la Ley Universal de Pertenencia, por la que nadie puede ser expulsado, consciente o inconscientemente, de un sistema. Y el olvido y la negación son formas de expulsión. El sistema repite los eventos hasta que el grupo familiar “aprende” a no excluir a nadie. Para que eso sea aprendido, alguien ocupará el rol del “expulsado o muerto”. Esta tendencia puede quedar cancelada cuando nos atrevemos a mirar a los que nos precedieron, tanto los que vivieron mucho como los que partieron tempranamente, y les decimos “SI, sé que exististe”, “”si a todo, tal como fue”, “gracias”, “Vosotros partisteis ya a otro plano, yo me quedo”, “vendré más adelante”…. y les miras en tu interior, y les sonríes….y ellos sonríen….y les ves que se alejan… lejos….en paz, con amor. Hellinger trabaja con estas imágenes. Son profundamente sanadoras, efectivas, amorosas. El “amor ciego” que lleva a repetir la muerte de alguien que partió tempranamente, no sólo no mejora ni ayuda a quien partió sino que añade drama al sistema y tarea para los que quedan. Aún así, no hay escenario que no pueda ser trascendido. Espero esto te pueda ayudar.