Honrar a los ancestros con la vida

honrar ancestrosCuando elegimos un camino que no es el que ha seguido la familia, o el que esta ha querido para nosotros, solemos cargar con la incomodidad de una suerte de infidelidad al clan.
¿Qué nos podría liberar de este malestar resultante de la “infidelidad”?
Alcanzar unos resultados determinados lo antes posible, de tal modo que, en alguna manera, se lo podemos mostrar al clan, e internamente decirles, “veis, lo he conseguido, y vuestros temores no tienen razón de estar, podéis dejar de sufrir por mi”.
Pero está necesidad es la presión de nuestro “niño interno” por liberarse de una carga que ha asumido como propia: la de liberar al clan de la “culpa” de no haber conseguido que uno de sus miembros siga sus pasos. Por tanto el “niño interno” asume que con el resultado todos quedarán liberados.

Sin embargo, el “niño interno” no sabe todavía todas las variables que pueden aparecer por el camino y que pueden retrasar sus objetivos.
Al crecer, el propio “adulto interno” desarrollado tendrá que atender y acoger a su “niño interno” y liberarle de los mandatos internos que decidió abrazar, explicarle que hay circunstancias que escapan a su control, y que tomar la responsabilidad de su vida y asumir el riesgo de perseguir sus sueños ya es una manera de honrar a sus ancestros, puesto que lo que le dieron (o no pudieron darle) fue justamente su trampolín.
Así, se honra a los ancestros cuando se toma la vida plenamente, asumiendo el riesgo de cualquier resultado que se derive, pero implicándose en la experiencia de vivir 100%.