Enganche emocional y Derecho de Pernada
Una noche reciente, mientras charlaba con una amiga, de pronto, ella agacha la mirada, se le quiebra la voz, y con vergüenza me dice:
“la verdad es que no estoy angustiada por el trabajo, ni por …., lo que de verdad me mantiene angustiada es una relación en la que no avanzo pero tampoco puedo finalizar. A pesar de que pasen meses sin hablar con él, sigo teniéndolo presente y no puedo caminar nada nuevo”.
Pensé de pronto qué fácil sería dar cualquier tipo de consejo sobre lo que tiene que hacer. Pero también sé lo inútiles que son estos comentarios, porque ella ya los ha escuchado todos, y la teoría ya la sabe, sólo que no puede llevarlo a término. Lo único que se ha conseguido es que calle su angustia y no comente su sufrimiento. Se atrevió conmigo. Y frente a eso le dije, ¿sabes qué? No vamos a hablar de esto. Vamos a Constelar cuál es el origen de este enganche y qué os mantiene atados.
Realizamos la constelación familiar con objetos. Y así configuramos a ellos 2, aunque inmediatamente vimos que faltaba una tercera persona. La constelación nos mostró un vínculo de un tiempo pasado, en el cuál ella iba a casarse (su futuro marido era la 3a persona) pero era una época en que se aplicada el DERECHO DE PERNADA.
La expresión (“derecho de la primera noche”; “dret de cuixa” en catalán; Droit du seigneur, Droit de cuissage), se refiere a un presunto derecho que otorgaba a los señores feudales la potestad de mantener relaciones sexuales con cualquier doncella, sierva de su feudo, que se casara con uno de sus siervos. Este derecho tuvo, supuestamente, vigencia durante la Edad Media de Europa Occidental, aunque hay paralelismos en América Latina, donde se daba la entrega de la virginidad de la novia al hacendado, o al cura, en la noche de bodas.
Pero la expresión también se usa -en numerosas fuentes latinoamericanas- para describir otras prácticas de violencia sexual o servidumbre sexual, toleradas socialmente sin que fuera necesaria una ocasión ritual como la boda, siendo el común denominador el que un patrón o autoridad ejerciera impunemente la práctica, entendida como una especie de derecho consuetudinario informal.
Cuando las personas “se quitan” cosas, quedan vinculadas, y unos sienten que tienen algo a reclamar y otros a devolver, así que se produce atracción y rechazo a un mismo tiempo.
Hasta que la compensación no llegue a su término, las personas no quedan liberadas. En este caso, él le había quitado la virginidad en otro tiempo, que ella vivió como abuso sexual, y eso afectó al futuro matrimonio, alejándola a ella de su marido por vergüenza y sensación de estar “estropeada”, y al marido por sensación de incomodidad, como mínimo. Por su parte él sentía que ella le debía algo. Y parece que en otro tiempo ella había sido su madre y no le había dado algo que él necesitaba y que, actualmente, él seguía reclamando. Así, hicimos las devoluciones mutuas oportunas a sus respectivas almas y les liberamos a ambos de deudas pasadas. Lo que tenga que pasar en esta vida, a partir de ahora, es su caminar, pero ahora ya es SIN ENGANCHE. Ella quedó profundamente aligerada tras la sesión. ¿Serán los enganches emocionales resultado de multidimensiones operando en un mismo tiempo y por eso sentimos atracción y rechazo, que nos deben y estar en deuda, inocencia y culpa al mismo tiempo?
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