Éxito, éxito, ¿éxito?

Éxito, éxito, éxito   “Todos y todas a tu alrededor son exitosos excepto tú”

Este es el mensaje que consciente o inconscientemente se va grabando en tu interior si te paseas por las redes o los anuncios. Este mensaje te empuja hacia adelante, como si hubiera algo a perseguir, y que se te escapa, cuyo logro es necesario para ser feliz. Alcanzarlo permitiría que los demás te vean y te consideren. Ser exitoso da gran satisfacción. Así que ¿quién no querría alcanzar el éxito? Además pareciera que si no tienes éxito se debe a algún tipo de falla en tu persona o en el camino que realizas, por lo que es necesario que estudies más, que te prepares más, que vistas, actúes, te comportes diferente…porque esa meta a alcanzar está sólo un poco más allá de dónde alcanzas con tus pasos. Y, cómo bien puedes comprobar si te paseas por las redes, ya sea facebook, instagram o linkedin, tú eres el último mico que no se entera de la película y no alcanza el premio. ¡Qué presión! Así que, no te queda otra. Meterte a la carrera, prepararte como el que más, y conseguirlo. Inviertes tiempo, esfuerzo, dedicación, horas de sueño, estrés, salud, …… y …. ¡voilà! ¡lo conseguiste! ¡enhorabuena! o ¡no lo conseguiste! Uppps ¡fracaso!… ¡insert coin again! …..

Espera, espera, espera …. vamos a revisar ahora un poco qué es lo que conseguiste o no. Vamos a re-escribir el texto anterior y a plantearnos algunas cuestiones: Éxito, éxito, ¿éxito?

¿De quién y para quién? ¿Qué es para tu padre “éxito”? ¿Qué es para tu madre “éxito”? ¿Qué es para tus amigos/as “éxito”? ¿Qué es para tu entorno social “éxito”? Luego, ¿qué estás persiguiendo? Y ¿para quién? o ¿para qué? Porque esto es lo qué has interiorizado tú como “éxito”. ¿Lo haces para ser aceptado/a? ¿Para ser valorado/a? ¿Para ser reconocido/a?

Si aquello que persigues, y obtienes, coincide con lo que tu corazón desea, ¡enhorabuena!, estás en el camino.

Pero…

¡ay, si no coincide!, porque cuanto más avances más desdichado o desdichada te sentirás.

[/pullquote] Puedes despertar un día y, a pesar de tenerlo “todo”, una cuenta corriente suficiente, una gran casa, un coche reluciente y toda una perfecta vida, al tiempo que conseguías todo esto, se desvanecía la sonrisa de tu rostro. Cada día era más aburrido que el anterior y había un poco más de lo mismo. Claro que hay infinidad de pseudopremios o distracciones que pueden reemplazar ese pinchazillo del alma. Y claro que también puedes pensar que eres un inadaptado o inadaptada, y seguir intentándolo.

Ahora, si aparcas todo lo anterior y miras en tu corazón… sí, digo bien, en tu corazón ¿qué es “éxito” para ti?

¿Tienes el valor, sí, digo valor, para escribirlo?

Porque es necesario ser muy valiente para desear, valorar y apreciar lo que otros no consideran en su escenario vital, desprecian o se ríen de ello. Ya ni te cuento, si además, tienes el valor de ir a por ello. Eres ese pobre….. Pero sabes, como en las partidas de billar, la partida está en juego hasta el último momento. Y sólo en el último momento, ese momento que no sabes cuándo sucederá, en el momento de tu muerte, en los segundos antes, si la vida te da oportunidad, valorarás si lo que hiciste valió la pena o fue una pérdida de tiempo al servicio del deseo de otros. Sólo en ese momento valorarás haber hecho lo que realmente deseabas más allá de las ideas y opiniones de otros. Y sólo eso considerarás que fue un éxito.

¿Te atreves a anticiparte a ese momento?